También es llamado masaje AyurVédico, es un masaje muy relajante basado en la cultura tradicional hindú para curar las dolencias. Cuando están bloqueados los puntos energéticos de nuestro cuerpo aparecen las enfermedades. En este masaje se aplican técnicas de desbloqueo chakral; es ideal para relajar intensamente cuerpo y mente, revitaliza la piel, los músculos, los nervios y ayuda al cuerpo a mantenerse activo y ligero. Hace que el corazón y el sistema circulatorio proporcionen más oxígeno y energía a todas las partes del cuerpo; simultáneamente, elimina gases, líquidos y otros desechos.

Consiste en un masaje cráneo-facial muy placentero en rostro, cabeza, cuello, parte superior de la espalda, hombros y brazos; se realiza de manera dulce, sensitiva y sensual, y suele emplearse aceite de lavanda, romero o manzanilla con propiedades refrescantes, además de inciensos de aromas como Sándalo y Jazmín, logrando liberar así las llamadas “emociones insanas” y relajando el cuerpo profundamente.

Este tipo de masaje además de ser extremadamente placentero, contiene numerosos beneficios físicos y psíquicos. Entre otros, potencia el alivio de las tensiones y las migrañas; por otro lado, ayuda a superar el insomnio.

Hay algunos métodos occidentales modernos que heredan métodos de la medicina hindú y china, éstos son:

  • Osteopatía craneosacral y visceral, para el desbloqueo muscular y articular.
  • Reflexología, un masaje que se da en las zonas sensitivas del pie, manos y orejas.
  • Masaje Metamórfico, reflexología profunda sobre mano y pie para liberar traumas profundos, antiguos.
  • Aromaterapia, el disfrute del aroma procedente de los aceites e inciensos esenciales hará que nuestras emociones alcancen placeres y sanciones insospechadas.
  • Kinesiología, es el estudio científico del movimiento humano.

¿Cómo se realiza el masaje Hindú?

El masaje comienza con un suave calentamiento de la zona superior a los pectorales, las clavículas, los hombros y las vértebras cervicales.

Después del calentamiento, la cabeza se ladea y se aplican suaves presiones en determinados puntos del hombro y cada una de las cervicales, incidiendo en las apófisis vertebrales. A estas localizaciones, la filosofía hindú las denomina chakra o centros energéticos. El masaje repercute en una sensación de placer que va creciendo minuto a minuto. Las respiraciones se atenúan cada vez más en el tiempo, y el cuerpo va hundiéndose en la camilla mientras la música relajante y los aromas del incienso se diluyen en una atmósfera profundamente relajante. Las dorsales superiores y cervicales reciben un mimo especial en esta etapa, lo que se traduce, sobre todo en la presión de las vértebras, en un incremento del bienestar.

El aceite manejado por los suaves dedos del masajista viaja en dirección a la cabeza. De forma predilecta en el occipital y el hueso temporal donde se aloja el sentido del equilibrio. De manera intensa, entre inspiraciones, un cúmulo de colores vivos sobrevuela el inconsciente que te eleva a una situación de pleno confort.

De la cabeza se pasa a la cara. Los maxilares, las cejas, la nariz, la frente son levemente manejados. En cada punto de la ceja, consecutivamente, un dedo te pulsa y ahí te quedas hundido, aliviado de tensiones, con una sensación de total liberación, sensualidad, sensibilidad, paz, serenidad, amor. Cuando un chakra está bloqueado sentimos amargura, tristeza, miedo; en cambio, cuando está desbloqueado sentimos paz, seguridad, bienestar, lucidez, armonía…

El masaje es un estado pleno de relajación, pero también es una excelente oportunidad para alcanzar la tranquilidad absoluta para meditar.