Lord Shiva

En el marco del hinduismo, Shiva es uno de los dioses de la Trimurti (‘tres-formas’ o “Trinidad hinduista”, en la que representa el papel de dios destructor) junto con Brahmá (dios creador) y Visnú (dios preservador).

Dentro del shivaísmo es considerado el Dios supremo.

Shiva, el dios de la destrucción, también es conocido como dios del tiempo. En él convergen (y en él se resuelven) todos los extremos. Se le considera responsable tanto de la destrucción como de la creación, así como de la no creación: el comienzo es el fin y el fin es un nuevo comienzo.

Nombre

śiva, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito).
शिवः (nominativo singular), en escritura devanagari del sánscrito.

Pronunciación:

[ɕivá] en sánscrito clásico (pronunciación aproximada: /shivá/)
[ɕív(a)] en prácrito (pronunciación aproximada: /shív/ o /shíva/).
Etimología: auspicioso, propicio, amable, tierno, benigno, benevolente, amistoso
En el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.) no existía el personaje Shiva. La palabra shivam se utilizaba solo como adjetivo (‘amablemente, tiernamente’)

Descripción:

Usualmente, Shiva es venerado en la forma anicónica de lingam.

Se le describe como un yogui omnisciente que vive una vida ascética en el monte Kailash, y también se le representa como a un dueño de un hogar con su esposa Párvati, y dos hijos, Ganesha y Kartikeia. Shiva tiene muchas formas benevolentes así como también otras de temer. A menudo se lo figura como sumergido en meditación profunda, con su mujer e hijos o también como el Natarásh (el rey de la danza).