La palabra Mantra emana del sánscrito y es fruto de la suma de dos elementos: el vocablo mans, que puede definirse como “mente”, y tra, que es sinónimo de “liberación”.

Los mantras contienen vibraciones muy altas que se repiten un determinado número de veces con un propósito específico, y por la frecuencia que producen, tienen el poder de enfocar la mente y motivar cambios.

A medida que repetimos y nos concentramos en un mantra, nuestra mente no tiene espacio ni tiempo para otros pensamientos y por ende, logramos relajarnos y meditar más profundamente. Algunos mantras fueron creados como invocaciones a dioses hindús o a seres superiores y contienen energía creadora.

El principio de un mantra es el concepto básico de que el sonido es vibración y toda vibración a su vez genera energía y por lo tanto tiene la habilidad de generar cambio en el campo donde se introduce.

Los mantras pueden repetirse en voz alta o mentalmente y frecuentemente se usan junto con mandalas y otras herramientas de meditación.

¿De dónde vienen los mantras?

Se cree que los mantras se originaron en tradiciones védicas aunque desde la creación del lenguaje, las palabras han sido consideradas como poderes creadores o destructores. De hecho, el énfasis que ponemos a nuestros nombres propios tiene que ver con la energía que le asignamos a nuestro ser dentro de nuestra cultura y que nos identifica como individuos y nos “crea” dentro de nuestro grupo.

Un mantra muy popular es Om, que según el hinduismo es el sonido creador del universo y el principio de la existencia. De igual manera, existen otros mantras usados en el hinduismo y budismo, que tienen objetivos específicos y el propósito general de asistir al individuo en su camino espiritual.

Sin embargo, si trabajamos con la intuición podemos también crear nuestros propios mantras, los que resuenan con nuestra esencia. La combinación de la vibración del sonido y la intención con la cual lo usamos hace que cualquier mantra sea poderoso y efectivo.

Ejemplos de mantra

Algunos mantras populares, además del Om, son Hung que se refiere a mente inmutable; Hasa, que significa alegría; y Ah, que significa palabra.

En el hinduismo también se trabaja con mantras raíz que representan una vibración específica de un objeto o forma material a la cual queremos acceder. Por ejemplo, cada chakra tiene un mantra asociado.

Para trabajar el chakra de la raíz, se usa el mantra Lam. El segundo chakra se trabaja con Vam. El tercer chakra resuena con Ram. El cuarto chakra responde a Yam. El quinto chakra corresponde a Ham. El tercer ojo vibra a la frecuencia de Om. El séptimo chakra se activa con cada una de las letras sánscritas pero frecuentemente se trabaja con un sonido nasal de N.

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También existen mantras que han sido invocados por gurús o se le atribuyen a maestros superiores, y que se utilizan a menudo en prácticas de meditación con intenciones específicas. Por ejemplo, Om Mani Padme Hum, se usa para calibrar nuestra esencia humana con la divina.

Otro mantra que ha cobrado interés en las últimas décadas proviene de Hawaii. El Ho’oponopono es a la vez mantra y técnica de sanación. La palabra en sí traduce vagamente a rectificar un error. La práctica de Ho’oponopono está basada en la creencia que cada individuo tiene poder sobre su propia vida y es responsable por su propia sanación. En resúmen, cada persona tiene memorias asociadas con emociones y al sanar esta asociación, podemos sanar y cambiar nuestra vida.

Algunos repiten Ho’oponopono como cualquier otro mantra. También, como parte de la adaptación a través de los años, la práctica de Ho’oponopono consiste en enfocarse en una persona con quien tenemos algún conflicto pasado o presente, y aunque pensemos que son ellos los que nos han hecho algo, repetimos “Lo siento, Perdóname por favor, Te amo y Gracias”. Practicar estos mantras tiene el poder de sanarnos y purificar nuestras emociones y cuerpos.

No te pierdas la segunda parte de ésta publicación mañana Cómo se usan los mantras.