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Una de las leyendas cuenta que el rey Sagara tuvo 60.000 hijos, todos ellos fueron asesinados y sus almas fueron condenadas a deambular por la tierra sin posibilidad de acceder al descanso eterno.
La única forma de liberar estas almas era que la diosa Ganga descendiera del cielo y las purificara.
Finalmente Ganga desciende a la tierra (para cumplir con un castigo de otro monarca) y queda atrapada en los cabellos del dios Shiva. Estos se representaron por mucho tiempo como las cumbres del Himalaya, desde donde provienen las aguas puras de deshielo que van hacia el mar.
De este modo la diosa Ganga purificó las almas de los 60.000 penitentes y los libró de su maldición.
Actualmente los hindúes se bañan ritualmente en este río porque creen que la diosa Ganga aún recorre sus aguas, y ella es quien purifica, limpia, libera y hasta cura. Allí se bañan juntos hombres y mujeres, familias, ancianos y niños de todas las divisiones sociales.
Sólo con bañarse en este río, la persona queda completamente purificada de los males que pueda tener, queda limpia de sus errores y puede comenzar libremente de nuevo. La leyenda también dice que si se bebe el agua del Ganges se puede alcanzar la inmortalidad.
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